Revelación de Jesús, el Dios viviente

Una de mis labores de Papá es llevar a mis hijas al colegio
Regresando un día en el carro, se me cruzo una tortuga que se había salido del canal a una intersección que yo estaba pasando.
No fui capaz de ignorar la tortuga, me baje, y pare todo el tráfico de la intersección para poder cruzar por ella y regresarla al canal de donde se había salido. Ella luchaba protegiéndose para no dejarse agarrar, y finalmente en contra de su voluntad la dejé a la orilla del canal de agua.
En ese momento, al regresar al carro, algo dentro de mi se quebrantó y me puse a llorar.
Porque? Solo es una tortuga!
Pero sentí como Dios me habló por medio de esa tortuga desviada.
Ella no sabía que estaba desviada. No era rebeldía, o por hacerse la más fuerte. Dentro de su situación y desde su óptica, para la tortuga ese pareció el mejor camino y decisión, sin saber que esa intersección La iba a llevar a la muerte.
Pero en medio de todo eso alguien se arriesgo por ir a buscarla en donde ella estaba, en medio de su situación y aún en contra de su voluntad, sin juzgar porque estaba haciendo lo que hacía, y aún corriendo peligro de cruzar una intersección, porque para esa persona, su vida Tenía valor.
Con esto Dios me empezó a hablar diciendo:
Yo te salve a ti, de la misma manera que tú salvaste a la tortuga, sin juzgarte. Porque te amo y valoro, te quite de ese lugar o situación en la que estabas para llevarte al lugar que yo diseñé para ti.
Cuando tú veas una persona que está en una situación como la de esa tortuga, que vas a hacer? Vas a juzgarla por estar el esa situación? Vas a ignorarla y seguir tu camino? O vas a arriesgarte a acercarte y levantarla de ese lugar para acompañarla al lugar que Dios tiene para esa persona?
“Así que dejemos de juzgarnos unos a otros. Por el contrario, propónganse vivir de tal manera que no causen tropiezo ni caída a otro creyente. Si tú sirves a Cristo con esa actitud, agradarás a Dios y también tendrás la aprobación de los demás. Por lo tanto, procuremos que haya armonía en la iglesia y tratemos de edificarnos unos a otros.”
Romanos 14:13, 18-19 NTV
“Los que somos fuertes debemos tener consideración de los que son sensibles a este tipo de cosas. No debemos agradarnos solamente a nosotros mismos. Deberíamos ayudar a otros a hacer lo que es correcto y edificarlos en el Señor. Que Dios, quien da esa paciencia y ese ánimo, los ayude a vivir en plena armonía unos con otros, como corresponde a los seguidores de Cristo Jesús. Entonces todos ustedes podrán unirse en una sola voz para dar alabanza y gloria a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, acéptense unos a otros, tal como Cristo los aceptó a ustedes, para que Dios reciba la gloria.”
Romanos 15:1-2, 5-7 NTV
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