Revelación de Jesús, el Dios viviente

Mi esposo y yo nos casamos en mayo de 2015,
sentimos que Dios nos decía que no solo nos estaba dando un matrimonio, sino un
ministerio. Para serles sinceros, en ese momento no entendimos mucho de lo que
hablaba, pero seguimos adelante como pareja, siempre buscando conocer más de Dios
y poder ayudar a otros de diferentes maneras.
Unos meses después de casarnos comenzamos un
grupo de oración en nuestra casa una vez por semana, donde aconsejábamos
algunas personas de ese grupo a como tener una relación más cercana con Dios y
les compartíamos nuestros testimonios. De alguna manera sentíamos que ese era
el ministerio que Dios nos había dicho, pero seguíamos trabajando cada uno en
lo suyo.
Ese mismo año, tuve un sueño que
provenía de Dios. El único en toda mi vida donde sentí que Dios me hablo
claramente y supe que fue Él. Tanto así, que esa madrugada me desperté, y
empecé a escribir todo lo que me había dicho antes que se me olvidara. Escribí
el mensaje que sentí venia de parte de Dios hacia nosotros dos y decía esto: ¨Dios
les ha encargado algo demasiado grande, pero no va a ser fácil. El enemigo los
tiene en la mira y no va a permitir que vean lo mismo que Dios ve y tiene para
ustedes, aunque estén en la misma cuadra donde algo pasa, ustedes verán otra
cosa diferente, por eso, deben estar muy atentos. Dios les dio dones y
habilidades que ni siquiera ustedes conocen. Deben descubrir y explotar esos
dones al máximo para usarlos para Dios, no va a ser fácil, pero deben
esforzarse y cuando los descubran, desarrollarlos. Cuando estén usando los
súper dones que Dios les dio, quiero que se vean como en un espejo y que sean conscientes
del gran poder que Dios les ha prestado, quiero que se lo crean 100%¨.
Luego, un año después en noviembre de 2017,
emprendimos un viaje a Israel para conocer más de todo este camino que veníamos
siguiendo por varios años. Queríamos ver, conocer un poco más de la historia de
Jesús, y experimentar un nuevo nivel espiritual (tengo una entrada a mi blog en
la que les cuento toda la historia de cómo fue ese viaje).
Estando allá, fuimos al Río Jordán para la
renovación de nuestro bautismo, en el mismo lugar donde Jesús se bautizó. Nos
pusimos nuestras batas blancas y entramos en el agua. Un pastor que estaba en
nuestro tour nos bautizó, y aunque ya lo habíamos hecho antes, ese día,
sentimos que verdaderamente fue un nuevo comienzo, para caminar de la mano de
Jesús. En ese mismo momento, mi esposo terminó bautizando al pastor. Lo que
sabemos es que ahí comenzó su ministerio…
Más tarde, luego de bautizarnos, ya estando en
otra ciudad, el pastor que nos bautizó, se nos acercó y nos dijo que Dios le
había mostrado algo acerca nuestro, y quería compartirlo con nosotros. Él dijo
que sentía que Dios nos tenía para cosas grandes y había un llamado en nosotros
que aún no habíamos aceptado. Que nos iba a usar grandemente y llevarnos a
lugares que no conocían de Dios para predicar Su Palabra. Eso mismo es lo que
Dios me había dicho 2 días atrás cuando le pregunte tantas cosas en medio de
ese viaje, y eso mismo era lo que me había dicho en mi sueño, que aún lo tenía
escrito en una nota en mi celular. Cuando el pastor decía estas cosas, pude
sentir como Dios me confirmaba todo lo que había hablado y dicho sobre nosotros.
Fue increíble y hermoso. Sin embargo, regresamos, y todo volvió a la
normalidad.
Pasaron algunos años, dos para ser más exactos,
y en el año 2018 nos convertimos en padres de dos hermosas niñas gemelas. Cada
vez teníamos más ocupaciones y menos tiempo, pero seguíamos con nuestro grupo
de oración en casa, que era parte de la iglesia a la que pertenecíamos en
Bogotá Colombia, El Lugar de Su Presencia, del pastor Andrés Corson.
En medio de todo esto, cada día nos acercábamos
más a Dios y no dejábamos de buscarlo constantemente.
En junio de 2019 viajamos a Miami para estar
con nuestra familia unos días. En medio del viaje, mi esposo tuvo un episodio,
que para él fue una especie de ataque de pánico, porque no escuchaba nada, y se
atacó a llorar sin razón. En ese momento, pensó que era el agotamiento de todo
lo que abarcaba habernos convertido en padres de dos, pero después, en medio de
esa angustia que tenía, sintió que Dios le decía algo como: ¨No estás
haciendo lo que te diseñe para hacer, es el momento de prepararte porque voy a
cumplir las promesas de las que te he hablado desde hace mucho tiempo y te voy
a respaldar, te llamaré cuando las redes estén a punto de llenarse,
empresarialmente hablando¨, él simplemente lloraba y lloraba sin entender
el porqué, solo sentía que era la presencia de Dios tratando de decir algo, y
al leer la biblia Dios le habló a través de Lucas 5:2-11: ¨Jesús
respondió a Simón: —¡No tengas miedo! ¡De ahora en adelante, pescarás personas! ¨
Unos días después de eso, una amiga que asistía
a nuestro grupo de oración en Colombia, supo que estábamos en Miami y nos contactó,
sintiendo que Dios puso en su corazón regalarnos unas boletas que compró para
una conferencia cristiana, pero no había podido viajar y no podría asistir. Sin
saber del evento, aceptamos y fuimos juntos. Cuando llegamos el nombre del
evento era ¨No One Else Is Coming: If not you, who? If not now, when? ¨ . Es
decir, Nadie más vendrá. Si no eres tú, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo? Todo
el tiempo hablaron sobre el llamado de Dios que tiene para nosotros, que es
único para cada persona y tiene un tiempo específico. Salimos de ahí
confrontados, llenos de Dios, pero también confundidos y con muchas preguntas,
a las que Dios respondió, que nos diría cuando sería el tiempo y qué nos
pondría hacer. No entendimos mucho, pero seguimos buscándolo y obedeciéndolo.
Paso un año más, y como parte de mi trabajo en
redes sociales, yo grababa y editaba vídeos para un canal de YouTube. Era de
tips para dueños de mascotas, que creé unos años atrás debido a mi trabajo como
diseñadora de modas en mi propia marca de productos y ropa para perros, Mellow
for Pets. Subí un vídeo sobre el testimonio de mi embarazo y lo que Dios hizo
con mis hijas (Esto es otro testimonio que también pueden encontrar en nuestro
blog). A raíz de compartirlo en redes, muchas personas me preguntaban sobre mi
vida espiritual y mi relación con Dios. Así que con mi esposo decidimos crear
contenido juntos, para dar a conocer esa relación que teníamos con Dios y de
alguna manera, ayudar a las personas a conocerlo, de una forma práctica y más sencilla.
En junio del año 2020, mientras hacíamos vídeos
sobre Dios más intencionales, sentimos que hacía parte del ministerio que Él
nos había venido hablando. Sin embargo, los dos seguíamos trabajando cada uno
en lo suyo; mi esposo economista, manejando un proyecto inmobiliario familiar y
yo diseñadora de modas, diseñando y trabajando en Mellow for Pets.
En ese mismo año, en medio de una pandemia,
Covid-19 del 2020, empezamos a sentir algo que nunca antes habíamos sentido y
era en común. Siempre nos había gustado hablar con otros de Dios, animar,
escuchar, aconsejar, ayudar personas, animales y causas sociales donde quiera
que fuéramos. Pero este año era diferente, teníamos un sentimiento de querer
dar más de lo que estábamos dando. Empezamos a sentir que un grupo de oración y
un canal de YouTube sobre Dios no era suficiente. Sentíamos que, aunque nos
encantaban nuestros trabajos, de alguna manera era un tiempo que podríamos
estar invirtiendo en algo para el reino de Dios. Empezamos a cuestionarnos, como
dice en la biblia en el libro de Eclesiastés. Para lo que no lo han leído, se
trata de Salomón, un rey muy sabio, rico y poderoso. Aunque tuvo todo en la
vida, al final llegaba a la conclusión que nada tenía sentido, porque al final
todo se lo llevaba el viento y lo único que realmente tenía sentido era Dios. Y
eso empezamos a sentir, que nuestro trabajo no tenía sentido, porque, aunque
fuera excelente, al final del día, se lo llevaba el viento. Sentíamos que no
podíamos seguir viviendo un día más, sin obrar a favor del cielo de una manera
más intencional, y que no queríamos dedicar tiempo a cosas que no dejaran una
huella en la eternidad. Nos sentamos hablar y compartíamos este mismo
sentimiento, sin embargo, Dios no nos daba ninguna dirección.
Llegó enero de 2021, y después de cuidarnos
mucho en medio de una pandemia, no vernos con personas, e irnos a vivir fuera
de la ciudad, huyéndole al covid-19: ¡Nos contagiamos! Que rabia, que
impotencia y que desprotegidos por Dios nos sentimos. Lo que no sabíamos, es que,
como todos los planes de Dios, Él hace que todo funcione para el bien de los
que lo amamos, y usaría ese momento para tenernos quietos, callados y hablarnos
directo al corazón.
En medio de estar contagiados, Dios empezó
hablar. Sentimos en el corazón que nos decía que era tiempo de tomar
decisiones, aceptar su llamado, irnos y dejarlo todo. ¿Irnos a dónde? se
preguntarán ustedes. Para ponerlos en contexto, mi esposo había vivido la mayor
parte de su vida en Estados Unidos. Yo también viví allá 3 años por trabajo, y
nuestras familias, en su mayoría, viven en ese país, en el estado de la Florida,
en Miami y sus alrededores. Nosotros habíamos regresado a Colombia, cada uno
por aparte, hace más de 10 años. Luego de casarnos, siempre decíamos, que
queríamos regresar a la Florida, pero las cosas no se habían dado, y sentíamos
de parte de Dios, que nos decía, ¡Aún no! Será en algún momento, pero todavía
no.
Mi esposo es ciudadano americano, mis hijas
también, registradas en Colombia como americanas, nacidas fuera del país, y yo,
con visa de turista, ya que la visa que había tenido cuando viví allá, había
sido de trabajo temporal. Por lo tanto, él solicitó mi residencia desde
Colombia para adelantar trámites legales y ´´ganar tiempo´´. Esto ya había sido
3 años atrás a comienzos del año 2018, pero aún no teníamos respuesta, y
nuestro tramite, a raíz de la pandemia, estaba en estado de espera.
Ya que los puse en contexto, y regresando al
tema de irnos y dejar todo, el irnos era al estado de la Florida en Estados
Unidos. Tuvimos una conversación y sentimos que Dios nos hablaba de lo mismo.
Sin embargo, les recuerdo que yo no tenía residencia de ese país, y no es legal
irse a vivir a un lugar con visa de turismo. Aun así, empezamos a orar por el
tema, buscando una respuesta de parte de Dios. Cuando Él tiene un plan y tú lo
buscas, Dios comienza a hablar.
Lo primero que mi esposo sintió que Dios le
dijo cuando él oro por esta decisión fue por medio de Lucas 14:33:
´´Así que no puedes convertirte en mi discípulo sin dejar todo lo que
posees¨. Recuerden que mi esposo seguía trabajando, manejando un proyecto
inmobiliario con su familia, específicamente, su hermano y su papá. Así que, al
orar, preguntando sobre su trabajo, como haría para irse y dejarlo, sintió que
Dios le respondió en Marcos 1: 17-20: ¨Un poco más adelante por la
orilla, Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, en una barca,
reparando las redes. Los llamó de inmediato y ellos también lo siguieron,
dejando a su padre Zebedeo en la barca con los hombres contratados. ¨ Le
dijo que debía dejar su trabajo en manos contratadas, bien organizado,
pero debía dejarlo.
Después, en mi tiempo de oración,
cuando le pregunte del tema, al leer la biblia, me hablo a través de Génesis
12: 1-3: ´´Deja tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre,
y vete a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una gran nación, te
bendeciré, y te haré famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a
quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las
familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti´´. Sentí que su
respuesta era muy clara e inclusive hablaba de la familia de mi padre, que en
ese momento era la única que quedaba en mi país, la mayoría de la de mi madre
también vivían en Estados Unidos.
Luego, al preguntarle porque ir a
Estados Unidos y no dejar todo para servirlo desde Colombia, nos respondió en Isaías
14:1:´´Lo hará regresar para que se establezca otra vez en su propia
tierra. Y gente de varias naciones vendrá para encontrarse con ellos y unirse
al pueblo de Israel´´. Sentimos que decía que mi esposo regresaría a la
tierra que lo vio crecer y allí enviaría personas para unirse a nosotros y
poder ejecutar su llamado. Más adelante entendimos la importancia de estar en Estados
Unidos, para trabajar con nuestro ministerio de la manera que Dios quería.
En medio de todo esto, puedo
asegurarles que estábamos muy confundidos y no entendíamos a que llamado se
refería Dios, pero Él siguió hablando y respondiendo cada una de nuestras preguntas.
Nos daba palabras para animarnos a seguir, y confirmarnos la decisión que nos
estaba llamando a tomar. En Génesis 24:40: nos dijo ´´El señor, en cuya presencia he
vivido enviará a su ángel contigo y hará que tu misión tenga éxito´´ , y en
Génesis 26:24 nos dijo: ´´No tengas miedo, porque yo estoy
contigo y te bendeciré. Multiplicaré a tus descendientes, y se convertirán en
una gran nación´´.
Les confieso que teníamos miedo de
dejarlo todo y equivocarnos. Ya no éramos solo nosotros dos como antes. Teníamos
dos hijas a cargo y 3 perros. Cualquier decisión que tomáramos iba a tener
repercusión en nuestra familia. Sin embargo, hasta este punto Dios había hecho
tantas cosas en nuestras vidas, que era imposible no creerle y no obedecerlo.
Aún sin entender, decidimos dar el paso de fe y tomar la decisión de irnos del país.
Hasta ese momento yo seguía sin residencia, pero Dios nos decía que tranquilos,
nos aseguraba que todo hacía parte de su plan, y nos daría el paso a paso. Nosotros
solo debíamos obedecer y confiar. Sin saber cómo lo iba a lograr, no miramos
atrás y fuimos dando pasos de fe.
El primero de todos fue comprar
los pasajes de ida, Colombia-Miami sin tiquetes de regreso. En medio de todo
esto, un día mi esposo me dijo que sentía de parte de Dios, que debíamos dejar
todo e irnos solo con algo de ropa en las maletas. Dios le hablo por medio de Mateo
19:21 ´´Jesús le dijo: si deseas ser perfecto, anda, vende todas tus
posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo,
Después ven y sígueme´´. Cuando me lo dijo, sentí temor de dejar todo lo
que habíamos conseguido en 6 años de matrimonio, solo eran cosas materiales,
pero, nos habían costado trabajo. Aun así, después de orar, y entregárselo a
Dios, ese fue el segundo paso que dimos. Pusimos algunas cosas en venta, y
empezamos a sacar otras para regalar.
Como respaldo del primer paso de
fe que dimos, al comprar los pasajes para el 17 de abril del año 2021, Dios
empezó a respaldar y mostrar su poder. A los pocos días de hacerlo, nos llegó
un correo de la embajada americana, diciendo que nuestro caso había sido
retomado y teníamos la cita para la entrevista en unas semanas (exactamente el
25 de marzo). Quedamos sorprendidos, porque era un correo que habíamos esperado
por mucho tiempo, y estábamos seguros que si no hubiéramos dado el paso de fe
que Dios nos pidió, no habría llegado. Sin embargo, también teníamos miedo que
las fechas no cuadraran, que no alcanzara a llegar mi pasaporte, o me negaran
el proceso. Es normal; los pensamientos vienen y van. Los temores se presentan.
La duda llega sin avisar, ni tocar la puerta. Pero ahí es cuando no debemos
dejar que nuestra mente navegue en un mar de pensamientos, y concentrarnos a
solo escuchar la voz de Dios, y las promesas que nos ha dado sobre las
situaciones que vivimos.
Como respaldo del segundo paso de
fe, publicamos para la venta, muchas cosas en grupos de Facebook y WhatsApp, a
través de todo esto, aparecieron muchas personas que nos iban comprando todo
como si fuera una tienda en descuento, y en medio de eso, nos contactó una
persona que acababa de llegar de Holanda, para instalarse en Colombia. Tenía
dos hijos de edades muy similares a nuestras hijas; esas personas que parecen
ángeles enviadas por Dios (si estas leyendo esto, y fuiste de las personas que
me compro cosas, te dejaste usar por Dios). Esta persona llegó a nuestra casa y
nos compró de todo. No se llevó más porque no había. Montó todo en dos carros
que tenía, nos pagó en efectivo y se fue. ¡Quedamos sorprendidos! Sabíamos que
Dios estaba obrando a nuestro favor y nos estaba respaldando.
El tercer paso de fe que dimos,
fue renunciar a nuestros trabajos; en especial mi esposo. Dios fue muy claro, y
lo llamó a dejarlo todo, y hablar con su papá y hermano, para hacerles saber
que se iría fuera del país a servir a Dios. ¿En qué? No teníamos idea. Esa
respuesta Dios aun no la había revelado.
Cuando mi esposo me dijo que iba
a renunciar, lo apoyé y estuve de acuerdo si venia de parte de Dios. Sin embargo,
salí corriendo a orar y desahogarme con Dios, porque tenía temor. Temor a lo
desconocido, temor a dejarlo todo. Temor a que mi esposo renunciara y dejara su
trabajo, que era el ingreso principal en nuestro hogar, y nos mantenía a
nosotros y a nuestras hijas. Pero, Dios es tan especial, que, en medio del
temor, nos seguía hablando, y animando a continuar con nuestro plan. Así que nos
dijo por medio de Éxodo 33: 13-19: ´´Si es cierto que me miras con
buenos ojos, permíteme conocer tus caminos, para que pueda comprenderte más a
fondo y siga gozando de su favor. El señor respondió: Yo mismo iré contigo,
Moisés, y te daré descanso; todo te saldrá bien. Entonces Moisés dijo: Si tú
mismo no vienes con nosotros, no nos hagas salir de este lugar. ¿Cómo se sabrá
que me miras con agrado- a mí y a tu pueblo- si no vienes con nosotros? Pues tu
presencia con nosotros es la que nos separa- a tu pueblo y a mí- de todos los
demás pueblos de la tierra. El señor contestó a Moisés: -Ciertamente haré lo
que me pides, porque te miro con agrado y te conozco por tu nombre. Moisés
respondió: - Te suplico que me muestres tu gloriosa presencia. El señor
respondió: -Haré pasar delante de ti toda mi bondad y delante de ti proclamaré
mi nombre, Yahveh´´. Aquí nos aseguraba que iría con nosotros, así que
seguimos creyendo.
Mi esposo renunció. No fue
inmediato, sino que seguiría trabajando por unos meses más, aun estando fuera
del país, hasta dejar todo lo que le correspondía a él organizado. Vendimos
todo y regalamos más de la mitad a las personas que Dios iba poniendo en el
camino.
Llegó el día de la entrevista en
la embajada, y nos dispusimos a ir. No se imaginan lo que sucedió. Nosotros confiados,
pero con temor, asistimos y presentamos los papeles. Estando ahí con mi esposo,
pasamos a la entrevista y de entrada le dijeron a él que no podía acompañarme y
que debía permanecer atrás. En medio de las preguntas, la cónsul me dijo que mi
esposo no estaba calificado para ser mi sponsor; que si tenía otra persona que
fuera ciudadana, y se hiciera responsable de mis gastos al llegar al país. No
podía presentar papeles en físico, solo recibían papeles escaneados y subidos
al sistema de la embajada. Así que me dio una hora para salir, conseguir otro
sponsor, y subir los papeles al sistema, lo que incluía muchísimos documentos.
En ese momento, me di la vuelta y
le dije a mi esposo: ¨No te aceptaron. Debemos conseguir a alguien más, y
tenemos una hora¨.
Salimos corriendo a buscar un
lugar donde pudiéramos acceder a internet, y mientras tanto, mi esposo decía
que no entendía porque pasaba eso si teníamos todo en orden y acorde a lo que
solicitaban en la embajada. Por cosas de Dios, mi esposo había adjuntado los
papeles de su mamá y los tenía en internet. Así que los organizamos y los
subimos; todo esto dentro de la hora que nos dieron. Entramos corriendo,
literalmente, y llegamos a la cita unos 3 minutos tarde. Antes de pasar, nos
tomamos las manos y oramos, le dijimos a Dios que este plan había sido de Él y
que no teníamos un plan B; que obrara con esos papeles. Recuerden que ya a ese
punto, habíamos vendido todo lo que teníamos, hasta el carro. Mi esposo había
renunciado a su trabajo y teníamos los pasajes comprados para nuestro viaje.
¿Qué creen que paso?, Los minutos
más largos de todos. Pase a la ventanilla, la cónsul me miro, reviso el sistema
y me dijo, su visa ha sido aprobada: ¨Bienvenida a los Estados Unidos de
América¨, y me cerro la ventanilla. Yo me di la vuelta, le dije a mi esposo: ¨La
aprobaron, vámonos¨. Seguimos caminando, todavía temblando, y salimos de la
embajada. Después entendimos que, con eso, Dios quería probar nuestra fe, y
hacernos entender que era Él quien estaba en control y haría que las cosas
salieran a su manera.
Mi pasaporte llego más rápido de
lo esperado. Entregamos lo que nos faltaba de lo vendido y nos despedimos de
algunos familiares y amigos más cercanos. Pocas personas sabían que nos íbamos,
ya que no tuvimos tiempo de contarles. Además, por la pandemia, no nos veíamos
casi con nadie, y los pocos que lo supieron pensaban que era una locura, y que
había sido muy rápido todo.
Decidimos decir adiós a una vida
cómoda y conocida, por ir tras lo desconocido. Pero antes de irnos, Dios nos
dijo en Marcos 10: 28-31: ´´Entonces Pedro comenzó a hablar.
—Nosotros hemos dejado todo para seguirte—dijo. —Así es —respondió Jesús—, y
les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o
padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia recibirá ahora a
cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y
bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la
vida eterna´´.
Nos subimos al avión y aquí
estamos… Han pasado 6 años desde esa primera vez que Dios habló sobre nuestro ministerio;
4 años desde que el pastor que nos acompañaba en ese tour en Israel nos bautizó
y nos reconfirmó lo que Dios estaba diciendo; 2 años desde el ataque de pánico
de mi esposo donde Dios le habló; 1 año desde que tomamos la decisión de
obedecerlo por encima de todo; 8 meses desde que dejamos lo conocido y ¨seguro¨
por venir a servirle solo a Él; 4 meses desde que llegamos a este país, la
tierra a la que Dios nos trajo para ejecutar su plan.
¿Cuál plan?, Davalia
Ministries, la combinación de nuestros nombres, David y Natalia.
Desde ese día que llegamos a Estados
Unidos hasta hoy, pasaron muchas cosas, que nos llevaron a entender cuál era el
plan de Dios, esto lo dejare para la siguiente entrada a mi blog, porque merece
una sola.
Davalia Ministries es un
ministerio para inspirar con gracia y movilizar con obras. Efésios 2: 10 ¨Dios nos creó de nuevo en
Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros
tiempo atrás¨.
Con que objetivo: Hacer conocer
el nombre de Jesús de una manera práctica, concisa y relevante, mostrando un
Dios disponible, real, relacionable y activo, para atraer corazones
a Dios, apasionarlos por la iglesia y equiparlos, para hacer
las buenas obras que Dios preparo para nosotros desde tiempo atrás. ¿Cómo lo
hacemos?, Creando
contenido para atraer a personas a Dios por medio de una Aplicación Móvil y
Redes Sociales. Creando
una comunidad para unir a las personas que tienen un mismo interés de
ayudar, e inspirarlas a servir
a la comunidad. Abrimos un blog, donde
escribimos testimonios reales en los que Dios ha obrado milagrosamente en
nuestra vida y en la vida de personas a nuestro alrededor, y estamos
organizando nuestras dos primeras obras sociales que necesitan de nuestro
tiempo y ayuda. Una es de Niños huérfanos en México y otra de perros
maltratados y abandonados en Tasajera Colombia.
Y con estas páginas de historia,
ya terminando, les quiero decir dos cosas. Una, créanle a Dios cuando los llama
hacer obedientes en una decisión y los invita a dar pasos de fe, y creer en que
las promesas se cumplirán. No duden en ayudar y ser una respuesta a la oración
de alguien en la tierra. Sean cada día más como Jesús; amen a los demás como a
ustedes mismos; confíen que Dios nunca los dejara en vergüenza.
Y la segunda. Si llegaron hasta aquí,
es porque querían conocer el final. Pero esta historia aún no termina. Hasta
ahora comienza, y se está escribiendo día a día. Sin embargo, para seguir
escribiéndola, desde aquí necesitamos de su ayuda. Hemos dejado todo atrás, y
dispuesto nuestro tiempo para servirle a Dios y ayudar a otros, pero no puede
ser posible sin más personas; no puede ser posible sin recursos; sin más manos;
sin apoyo. Nosotros somos una herramienta en manos de Dios. Así que, si quisieran
ayudar y ser parte de nuestra historia, los invitamos apoyarnos en Davalia
Ministries, con recursos, tiempo, donaciones o ideas. Todo es de bendición
y todo se necesita. Si no pueden o no tienen, compártanlo con más personas, así
lograremos llegar más allá de donde estamos ahora y poder ayudar a muchas personas.
Gracias por tomarse un tiempo
para leerme.
Natalia Ospina Acevedo
Nati que historia mas linda. Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
ResponderBorrarJeremías 29:11
Muy bonito testimonio Natalia. Yo los sigo desde hace un tiempo y como tu dices, sus videos y todo lo que publican es para inspirar. Dios continúe obrando grandemente a través de ustedes.
ResponderBorrarSúper lindo testimonio ♥️
ResponderBorrarHola Natalia , empece a ver tus vídeos desde el testimonio de tus hijtas. Por ese tiempo atravesaba una perdida de embarazo. Despues de eso entendí que no era el plan de Dios. Y luego de ese episodio Dios en su misericordia me dio un maravilloso hogar y ahora tengo 2 bebés.. Tu historia es maravillosa que Dios los siga ayudando en este camino tan maravilloso
ResponderBorrarHola, Natalia. Me encanto cuando describes que a raiz del video de tu embarazo, la gente se acercó. Yo te conocí por ese video. Y ahora mírame, escribiendo en tu blog. Que todo salga excelente, se que sera así. Tienen a Dios en su equipo y como cabeza de este propósito, de Sú propósito. Saludos,
ResponderBorrarBelén Ruiz
Abrazo y oración.
Natalia🙋🏻♀️, que hermosa historia gracias por dejarte usar por Dios, por creerle a sus promesas, eres ejemplo de obediencia y de amor que anima a otros a vivir en la carrera de la Fé, Estoy segura de que tú y tu esposo están poniendo muchas sonrisa en el rostro de Papá Dios, Dios bendiga sus vidas, el ministerio Davalia y a las pequeñas Emma & Annie.
ResponderBorrarFelicitaciones, soy Católica, no obstante, creemos en el mismo Dios, a ese que tú y tu familia obedecen. Los felicito por esa determinación y que sean bendecidos por siempre.
ResponderBorrarHermoso testimonio. Qué Dios los bendiga siempre.
ResponderBorrar