Entrada Destacada

Revelación de Jesús, el Dios viviente

Imagen
Siempre creí en Dios, crecí en una familia católica no practicante, creyendo en que la religión era un deber para quienes habíamos sido formados para ser hombres y mujeres de bien en una sociedad que tenía gente buena y mala. Pero, para quienes nos considerábamos buenos, creíamos en Dios y asistíamos de vez en cuando a la iglesia, rezábamos las novenas al final del año, habíamos sido bautizados de bebés, hecho la comunión de niños, y hacíamos nuestro esfuerzo para cumplir los 10 mandamientos. Pero la realidad, es que Dios era un-Dios totalmente lejano, que, para mí, estaba solo en el cielo, donde nadie podía verlo, ni mucho menos escucharlo. Sin embargo, a mis 23 años conocí acerca de Jesús en una iglesia cristiana, y empecé a entender y conectar mucho más con un mundo espiritual que antes no había conocido. Y entre a ser parte de una religión cristiana, que significa ser seguidores de cristo. Ahí, mi vida cambio por completo, mi corazón fue restaurado y mis ojos fueron abiertos. Con...

Dios no llega antes ni después, siempre llega a tiempo - Testimonio Camila Palacios

Camila y yo, fuimos amigas desde el colegio, pero cuando nos graduamos nuestra amistad se hizo más fuerte. Las dos soñábamos con muchas cosas similares, entre esas, una familia y unos futuros hijos. Pasaron los años y fuimos cumpliendo cada uno de nuestros sueños, nos casamos con nuestros novios, creamos emprendimientos de moda (las dos somos diseñadoras) y luego vinieron los hijos. bueno, vinieron y no llegaron. Aquí es donde comienza la historia que les quiero compartir.

Estando casada con su esposo, soñaban con tener un hijo, pero ella sabía que sufría de una enfermedad en sus ovarios, (en ese momento no sabía el grado ni lo avanzada que estaba), tenía endometriosis y sabía que eso podría ser un obstáculo para cumplir ese sueño, por eso, apenas se casaron en el año 2015 empezaron a buscar. 

En junio de 2016 lograron quedar en embarazo, pero al poco tiempo tuvieron una perdida, esto sería el comienzo de una época muy dolorosa para ella. Después de varios exámenes supieron que su enfermedad estaba más avanzada de lo que creían y tendrían que hacer algunos procedimientos médicos antes de poder quedar en embarazo nuevamente.

Pasaron los años, ese sueño crecía, pero el temor también, lo que hacía que se sintieran frustrados, con miedo y a veces sin esperanzas. En el año 2018 le encontraron un tumor en la matriz de 7cm de diámetro que debían retirar. Cuando la llevaron a la sala de espera donde seria su cirugía, le hicieron firmar un documento en el que autorizaba que retiraran su ovario derecho, ya que en los exámenes parecía que el tumor estaba comprometiendo todo ese ovario. En ese mismo lugar estaban algunas mamás que habían pasado por cesárea después de haber tenido a sus bebés, eso la hizo sentirme aún más triste, y antes de su cirugía, estando en la camilla se le salieron las lágrimas, sintiendo que no podría ser mamá.

Como amiga, podía ver cómo le dolía en su corazón, era algo que no quería compartir con muchas personas, y no solo la lastimaba a ella, sino que estaba afectando su matrimonio. La verdad no hablábamos mucho del tema, sin embargo, ese anhelo en su corazón de ser madre nunca se iba.

Luego de mucho tiempo en una lucha interna y un sufrimiento en silencio, Cami decidió soltar, entregárselo a Dios y empezar a compartir su lucha con más personas, un día en su Instagram ella escribió algo como esto:

¨Este post va dedicado a todas aquellas mujeres que han sufrido una pérdida en el embarazo, a todas aquellas mujeres que padecen endometriosis y que, al igual que yo, se han sentido impotentes, avergonzadas, confundidas, angustiadas y solas. Me tomo mucho tiempo decidirme a escribir este post. Tardé 3 años, y finalmente decido escribirlo porque sé, que al igual que yo, muchas mujeres, incluso mujeres muy cercanas a mí, sienten o han sentido la frustración, la culpa y la confusión de pasar por este proceso tan difícil. La endometriosis es una enfermedad dolorosa que ataca a millones de mujeres cada año. Hace 3 años, por esta condición, sufrí una pérdida en mi proceso de gestación. En este instante mi vida se partió en dos. Fue un momento de mucha tristeza. Toda mi vida desde niña había soñado con ser mamá. La ilusión de tener por fin a mi bebé me movió el alma y el corazón. No cabía de la alegría al pensar en todo lo que venía para mí y mi familia. Pero, esa ilusión pasó en un segundo, por el lado de mi puerta sin entrar. Se esfumo de repente y se diluyó en el aire en menos de un suspiro. Una semana después de haber oído al doctor diciendo: ¨ Felicidades mamá, van a ser papás¨ y enterarme que tenía 4 semanas de embarazo, llegó el silencio más grande y largo que he sentido en toda mi vida. En el examen de confirmación de la evolución del bebé nos dimos cuenta que la hormona de embarazo que debía duplicarse cada dos días, había dejado de hacerlo y disminuyó drásticamente. Entonces ahí lo supe. Con una hoja de papel en mis manos, sin que nadie me dijera que estaba ocurriendo. Frente a la ventanilla de entrega de resultados del laboratorio. En ese momento, solo podía escuchar el latir de mi corazón y mi respiración. Sentí de repente las lágrimas que se derramaban por mi rostro. Con pocas fuerzas llamé a mi esposo y le dije: cielo... el bebé dejó de crecer. ¿Qué le paso? Hubo un silencio profundo en mi corazón, colgué y empezó la época más larga y dura de mi vida. Al comienzo me negaba a reconocerlo. Me aleje de mi esposo, me aleje de todo el mundo, solo quería estar apartada. Me sentí sola, Sentí que nadie me entendía, en mis sueños veía dibujada la sonrisa de mi mamá alzando a mi bebé y diciéndome que se sentía feliz. Me despertaba llorando. Pase por momentos muy profundos y personales. Luego de varios intentos y visitas a mi ginecólogo, vuelven a encontrarme focos endometrios dentro de los ovarios. Es aún más complicado que antes, he estado en la clínica y he luchado para poder estar sana. Posiblemente tengan que volver a operarme y tratar de limpiar nuevamente mi cuerpo. Los días no son fáciles, menos con amigos y familia que sin tener el mínimo ánimo de lastimarme, preguntan constantemente por mis futuros bebés, me preguntan cuándo llegarán. No había sido capaz de contarlo hasta hoy, me había faltado valentía y fuerzas para abrir mi corazón desde un comienzo y contárselo a mi familia y amigos más abiertamente. reconocer que me ha costado trabajo tener hijos es muy difícil, pero si estoy luchando por eso. Escribo esto porque este año hay algo diferente en mí. y es la fuerza que llevo en el alma, estoy decidida a curarme con la ayuda de mi familia y de Dios. Quiero que las mujeres que están pasando por esto mismo, NO TENGAN MIEDO. Esta vez voy de la mano de Dios, pegadita a Él, cerquita de Él. No tengo miedo de reconocer mi enfermedad porque sé que voy a luchar hasta el último día para vencerla. No tenemos que escondernos ni agachar la cabeza, porque no somos culpables de esto. Somos seres humanos, somos mujeres y somos capaces de lograr cosas inimaginables. No están solas en esto, yo también estoy luchando y la ilusión que vive dentro de mi puede hacerse realidad. Ánimo, así tardemos los años que tardemos, sólo Dios es el dueño de nuestra vida. Solo Él puede saber que va a traer a nuestro camino. no están solas, no se rindan porque vale la pena soñar. ¨

Camila Palacios

Después de eso, empezamos a tocar más el tema, hablar al respecto y orar por el propósito que Dios tenía para su vida. Recuerdo un día que estaba orando por ella y sentí que Dios me dio una palabra en la biblia, una promesa en Isaías 27:2-6 donde hablaba acerca de su vientre, de protegerlo, hacerlo fértil y dar fruto. 

¨En aquel día, canten acerca del viñedo fértil. Yo, el señor, lo vigilaré, y lo regaré con cuidado. Día y noche lo vigilaré para que nadie pueda hacerle daño. Mi enojo habrá desaparecido. Si encuentro zarzas y espinos en crecimiento, los atacaré, los quemaré, a menos que vuelvan a mí en busca de ayuda. Que se reconcilien conmigo; si, que se reconcilien conmigo. Se acerca el tiempo cuando los descendientes de Jacob echarán raíces; ¡Israel brotará y florecerá, y llenará de fruto el mundo entero!

Ese día fui hasta su casa, oramos, y creímos que el milagro llegaría. Después de eso ellos, su esposo y ella, oraron y sintieron paz con hacer un proceso de IVF fertilización invitro (porque Dios también obra a través de los tratamientos y los médicos). Comenzó un camino difícil, pero no tanto como el que ya habían recorrido, hicieron su tratamiento y tal como Dios lo había prometido, les regalo un niño. Le pusieron por nombre Benjamín, ya que Cami había tenido un sueño donde había sentido que Dios le anunciaba que tendría un niño y que ese sería su nombre.

Con esta historia, les quiero decir que, aunque el camino sea largo y muchas veces difícil, cuando nos aferramos a Dios y creemos que Él lo hará, el milagro llega. Nunca antes, nunca después, SIEMPRE EN EL TIEMPO PERFECTO.

No se cansen de orar, no se rindan ante su sueño, solo Dios tiene la última palabra, pongan todo en manos de Dios y déjenlo obrar, a su manera y en sus tiempos.

Natalia Ospina





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tuve un encuentro con Jesús

Un Desvío Divino: Como Dios me habló por medio de una tortuga desviada.

Mi Canción de Amor: Como Experimente a Jesús siendo Papá Foster